¿Somos conscientes de cómo tomamos las decisiones?
Afectan no sólo a nuestro futuro sino también a nuestro presente. Decisiones que en muchas ocasiones nos producen infelicidad y sufrimiento a nosotros pero también a los que nos rodean.
Pero, entonces, ¿por qué lo hacemos?
En la mayoría de ocasiones, la razón es que vamos en el piloto automático y solo repetimos patrones. Tomamos decisiones y actuamos acorde con lo que vimos que otros hacían (gracias a nuestra neuronas espejo), porque así lo hicimos en el pasado (independientemente del resultado que obtuvimos) o simplemente porque no pensamos y reaccionamos sin más.
Después asumimos las consecuencias pensando que es lo normal y a la siguiente oportunidad, sin pensar y con nuestro piloto automático encendido, repetimos lo mismo.
Paremos y seamos conscientes.
Hagamos lo siguiente: la próxima ocasión que tengas que tomar una decisión, hazte la siguiente pregunta: ¿me da felicidad esta decisión? ¿Va a hacer que las personas que me rodean también sean más felices si tomo esta decisión?
Aunque sea una decisión de lo más simplona como si contestas a una provocación de tu pareja o hijo, o que voy a comer, … Sé consciente de que estás eligiendo todo el tiempo.
No solamente es válido para decisiones cruciales en tu vida, sino que la práctica diaria, en las pequeñas decisiones, es la que te prepara para en tiempos de crisis poder tomar mejores decisiones.
Sentirás lo que es vivir acorde a tus valores y principios porque decidirás actuar no según tu piloto automático determina (basado en lo que la sociedad, cultura, familia, medios de comunicación dicen) sino en lo que auténticamente tú eres y sientes.
Hay libro que me impactó y que recomiendo para entender la importancia de vivir consciente: “El hombre en busca de sentido” de Viktor Frankl. Este neurólogo y psiquiatra aprovechó que estaba preso en el campo de concentración de Auschwitz para estudiar cuáles eran los factores psicológicos que permitían que algunas personas sobrevivieran y otros no. Se dio cuenta que tener la capacidad de no responder en automático ante las provocaciones y vejaciones que a cada momento sufrían era la clave.
La práctica de la atención plena es la base para poder estar más consciente en tu día a día y así tomar decisiones desde ese SER auténtico.
Esa plenitud que se siente, y que seguro que ya la has experimentado, cuando tomaste una decisión, que a los ojos del mundo era una tontería o una locura pero que a ti te pareció necesaria y óptima, que al tomarla sentiste un bienestar y una paz interior inmensa. Esa es la toma de decisiones consciente.
Ahora imagina que te sientes así con cada decisión, por pequeña que sea, que tomas al día y que te prepararán para tomar las mejores decisiones para ti y los que te rodean hasta en situaciones de crisis.
Aún te quedan oportunidades para practicar hoy (desde qué película ves, si contestas a una llamada de teléfono o qué contestas a tu hijo ante un comentario suyo). Recuerda que la magia se produce al PARAR, RESPIRAR (unos 10 segundos mínimo) y entonces ACTUAR.
Pequeños pasos para la felicidad.
Hasta pronto.
Ángel López
Co-Creador de Estrés Positivo
Co-fundador del Instituto Human